my ways...

ver la vida como un lenguaje de señas a descifrar... detalles, olores y ritmos de un camino que describo para no olvidar.

lunes, 3 de octubre de 2011

Viva México.

Viva México.

Escucho un llamado a la patria constante, que lejos de acercarme, me entristece.
Responder con los pulmones inflados al ¡Viva México! Me parecía un mal chiste.
¡¿Viva!? ¿qué vive? ¿Quién inventó esta gracia? ¿Cuántos compran éste slogan? Me incomodaba incluso escuchar éste grito para unir las masas en medio del caos de la ciudad.

Hace una semana me mudé de casa.
Mientras el avión volaba pensé en las causas que me enamoran y de pronto comprendí:
Es una canción de Amor a la Tierra.

Esa tierra que defendieron los ancestros con su sangre,
ésta tierra codiciada por los conquistadores,
ésta tierra que se esconde bajo el concreto de mi ciudad caliente y nuestros pasos indiferentes.
Es la tierra que vive y da vida, en la que crecen los altos sabinos, en la que corren los últimos ríos.
Es la tierra que defiendo con muchos valientes en el intento de salvar La Pastora de un ecocidio cervecero.
¡Viva México! Cobra sentido. El clamor por mantener viva la Tierra de la que venimos, y a la cual eventualmente todos regresamos.
México mi país no es un abstracto, sólo basta desnudar los pies para palparlo. Buscar los últimos rincones donde la Tierra aún vive en su verde esplendor para abrazarlo.
Monterrey pide un alto a las muertes, no quiere más sangre derramada en el asfalto,
y ahora yo lo entiendo en lo más básico:
Que viva México es defender los bosques y nuestros cerros, respetar nuestr@s herman@s y Vivir nuestra historia, ¡Hagamos Vivir a México, dejemos vivir nuestra Tierra!

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